Desde hace más de tres años visito sistemáticamente mi querida provincia de Jujuy. Mi interés es recoger relatos orales de la gente de los pueblos. Historias, mitos, leyendas, costumbres y ceremonias. La riqueza que encierra Jujuy es inmensa y forma parte de nuestra idiosincrasia, de nuestro pasado. Es mi intención dejarlo plasmado en un libro, para que no se pierda, para que nuestros niños y jóvenes sepan de dónde venimos. No para continuar como entonces, porque la vida sigue su curso. Sino para, a partir de allí, seguir haciendo la vida.
Estos relatos orales son pequeñas grandes historias almacenadas en la memoria de nuestra gente. Son nuestra tierra, el testimonio de una larga trayectoria. Raíz lejana que se alza en las miles de voces que repiten historias, cuentos, leyendas o no, mitos o realidades. Quién puede negar o afirmar. Lo cierto es que el mundo andino tiene una vida milenaria en comunión con la naturaleza y el cosmos. La montaña atrae, atrapa, alucina, deja sin palabras. Muy cerca de otros mundos y otras vidas. Podemos tocar las nubes con las manos.